Degraf, compañía que hace 40 años se especializa en soluciones medioambientales, es la encargada hace una década de recibir los equipos que, por el rápido avance de la tecnología o acción del hombre, dejan de estar operativos, pasando a formar parte de una cadena para rescatar la mayor cantidad de elementos posibles y desechar -de forma amigable con el medioambiente- aquellos componentes que no se pueden reutilizar.
Gabriela Pérez, su gerente general, detalló a Publimetro que los principales elementos que se pueden recuperar de un teléfono móvil tras pasar por una compleja línea de desarme son “el circuito integrado, metales en general, un poco de lata, plástico y la batería, que es gran parte de su peso. Solamente la lata se dispone en el mercado local. Todo el resto de los componentes son exportados a una planta de reciclaje (en EEUU), donde se tritura todo material para rescatar los metales preciosos”.
El mercado nacional sorprende rápidamente con nuevos lanzamientos de equipos celulares cada vez más potentes, lo que implica -también- un crecimiento en los dispositivos que hasta ahora paraban en el basurero.
El tránsito de camiones por el cordón industrial ubicado en la zona norte de Quilicura no se detiene a pesar del frio y la congestión generada por las obras en la Ruta 5 Norte. Allí, cientos de vehículos transportan diversas cargas que van desde cerveza hasta teléfonos celulares, aunque estos últimos no van destinados a las manos de un usuario.
Todos pueden ayudar
Aunque la principal fuente de equipos electrónicos -desde un notebook hasta equipos de refrigeración- que usa esta empresa para abastecerse de material es el sector industrial, los usuarios normales pueden colaborar al reciclaje, todo gracias a una alianza que existe con el Metro de Santiago para depositar en contenedores los teléfonos y accesorios no usados.
“Esta campaña está desde el año 2009 y la evaluación es bastante buena. Es una de las campañas más exitosas de Latinoamérica y se recolectan dos mil unidades mensuales, lo cual es bastante”, señaló la gerente general de Degraf.
Otra fuente proviene desde las propias marcas, quienes con programas de renovación voluntaria buscan permitir que la renovación tecnológica vaya de la mano con el cuidado del entorno. Así es el caso de Samsung, tal como lo explicó a Publimetro Germán Sáenz, gerente de ciudadanía corporativa.
“Como marca lo que nosotros buscamos es que nuestros productos, en todo su ciclo de vida, sean manejados en armonía con el medioambiente. Está la parte del diseño, la fabricación, transporte y por supuesto el final del ciclo de vida.
“Desde 2011 tenemos un programa voluntario de reciclaje de productos electrónicos, no solo celulares, donde en alianza con Degraf los manejamos y les damos un fin de vida saludable”, complementó.
A su vez, Gabriela Pérez reconoció que “si bien nuestra empresa no trabaja con personas naturales”, han visto una evolución positivo en la opinión pública sobre la importancia del reciclaje electrónicos: “Vemos que los usuarios prestan más atención. Nos contactan con la inquietud”, opinión que comparte Germán Sáenz.
“Hay un concepto que (los equipos electrónicos) se van heredando: pasan al hijo, al familiar, el televisor pasa a otra pieza y tienen otros usos, por lo que el ciclo de vida real es mayor al tiempo que lo usa el primer usuario. Desde el año 2011 hemos reciclado 700 toneladas. El usuario cada vez más responde pero hay un desafío grande”, cerró el gerente de ciudadanía corporativa de Samsung.
¿Y qué hago con mi televisor?
Desde Degraf señalaron a Publimetro que principalmente trabajan con empresas, las cuales requieren disponer de manera amigable con el entorno productos tecnológicos que ya no son usados. Para ello, existen dos alternativas: son los propios clientes quienes llevan los equipos -muchas veces con el inventario ya realizado- o la compañía los retira.
Una vez en sus instalaciones, lo primero que ocurre es el proceso de pesaje para luego ingresar a la línea donde los operarios los desarman y separan sus componentes. Fuentes de poder, cables, circuitos, cartuchos de tinta, pantallas y todos los elementos usados en su manufactura tienen un espacio asignado.
En el caso de los elementos peligrosos, como un tóner de tinta o baterías, existe un espacio de seguridad habilitado donde se almacenan hasta su destinación final. En el caso de la baterías de lítio, Calama es su destino.
La empresa recibe, además de teléfonos celulares, televisores, equipos computacionales en general, heladeras, máquinas expendedores de café y otros artículos electrónicos, las cuales deben pasar por el mismo proceso de revisión. Por ejemplo, no reciben aerosoles o dispositivos similares.
www.publimetro.cl/nota/teknik/asi-se-reciclan-los-telefonos-celulares-en-chile/xIQpfC!tj16eUFDnNpo
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